viernes, 27 de septiembre de 2013

Adaptarse a una nueva vida

Suena el despertador y sólo me viene una cosa a la cabeza: ¿cuántas horas tardará el dolor en llegar? Suplico interiormente que al menos me deje vivir hasta mediodía. Pido demasiado y lo sé pero tengo que intentarlo porque algún día llegará. Obviamente me planteo muchas cuestiones tan sencillas como ésta. ¿Volveré algún día a poder sentarme sin la ayuda de una silla de apoyo para la pierna izquierda? La mayoría de mis cuestiones son bastante negativas pero como persona optimista que me considero no perderé ni un minuto más en vomitarlas. ¿Para qué si no hay respuestas de momento?

Me gusta levantarme pronto. Me hace sentir útil. Casi siempre tengo algo que hacer y procuro programarlo por la mañana y cuanto antes, mejor. Inconscientemente (y en parte muy conscientemente) busco un motivo por el cual levantarme. Es un buen mecanismo para no caer en la más absoluta depresión cuando cambias radicalmente de vida de la noche a la mañana.

En este año he tenido que cambiar mi lista de prioridades; de hecho ésta ha dado un vuelco. Lo que prácticamente no estaba ni entre las diez primeras del ranking, hoy son una prioridad. Y ahora levantarme para ir a andar o al gimnasio ya es un súper motivo. Que os voy a contar que no hayáis leído antes pero... el deporte tiene muchísimos beneficios. Me ha venido muy bien psíquicamente a pesar del dolor que me produce. Para mí se ha convertido en una vía de escape fantástica.

Un gran empuje me lo han dado también los libros. Leo todo lo que cae en mi mano sobre historias de superación. Las hay de muchos tipos y todas son realmente emocionantes. Lo que extraigo es que cuando la vida te da un golpe y da un giro de 180 grados hay que mentalizarse de que ya nada volverá a ser como antes. Nuevos condicionantes internos y externos harán que el día a día ya no sea igual. He abierto los ojos y me he dicho: ¿y qué? Ahora es cuestión de adaptarse a lo que ha venido. De nada vale rasgarse las vestiduras porque no puedo hacer una cosa o la otra; es momento de seguir con la sonrisa y afrontar las cosas tal y como vienen. Adaptarse o fracasar.

Me han marcado dos libros en estos meses: 'Levantarse y luchar' y 'Resiliencia, gestión del naufragio'. Éste último está plagado de historias sobrecogedoras. Os dejo la de Larry Bensadon: miedo, angustia, dolor y pánico pero termina saliendo el sol.




     

lunes, 23 de septiembre de 2013

Occidente y Oriente

Buenas noches,

Acabo de llegar de mi casi segunda casa, Barcelona. Ahí es donde están mis 'salvadores' de bata blanca y por eso debo visitarles a menudo (demasiado a menudo por desgracia). Me queda algo de energía para escribir este post así que intentaré hacerlo de la forma más decente posible.

Mis más cercanos me habíais oído hablar de la Medicina Tradicional China (MTC) desde hace varios años. Por motivos familiares sabía algo de esa cultura milenaria pero la verdad, educada en Mallorca y sin grandes problemas de salud en la familia, ni me planteaba que la MTC podía ser de gran ayuda incluso como prevención a cualquier enfermedad. A raíz de mi 'renacer' (lo llamaré así para no tener que nombrar la palabra trombosis cada vez) y sobretodo al ver que la medicina occidental no tenía más soluciones que el: "será largo, usa medias de compresión, anticoagulante y anda" me planteé seriamente lo de abrir mi campo de visión a la MTC.

Casi de sopetón, pasadas apenas tres semanas de haber salido de mi primer ingreso me plantaba en Milán inducida por este casi 'compromiso' familiar. En principio por una semana y sin saber a qué iba. Ahí iba a verme el Dr. Gaudenzio Garozzo; un reputado especialista en MTC y a su vez médico como los que conocemos en Occidente. El capítulo Milán merece uno o varios posts en exclusiva pero con el presente sólo quería haceros saber que tan válida es la medicina occidental como lo es la oriental. Cada una tiene sus límites y de eso son conscientes los profesionales de uno y otro bando pero juntas, pueden ofrecer muchos caminos y respuestas. Por desgracia, me he encontrado con que tienen una guerra abierta y ninguno de los dos bandos dará su brazo a torcer para dar mejor calidad de vida a sus pacientes.

En mi caso, debido a la malformación genética que sufro en la vena cava (vamos, que no tengo vena cava) y los factores de coagulación alterados necesito de la occidental porque no puedo vivir sin anticoagulantes; son mi seguro de vida. No obstante, el único alivio que he encontrado hasta la fecha para paliar el dolor es la MTC y en concreto, la acupuntura. Parece casi una utopía pero los casi tres meses que llegué a pasar en Milán fue la época en la que sentí menos dolor. Al llegar, por desgracia no he encontrado a nadie que sepa como el Dr. Garozzo cuál eran mis necesidades. Como sabéis, sigo con mucho dolor pero con las mismas ganas de encontrar a una persona que me pueda echar un cable en la isla. Así que desde aquí os pediría que si sabéis de alguien que se dedique a esto, me encantaría conocerle.

Los comentarios ya están definitivamente abiertos a todos los que queráis dejarme un comentario.

Un saludo,

Ester


lunes, 16 de septiembre de 2013

Menos mal que me pasó

"Menos mal que m'ha passat" fueron, tal cual, las frases que balbuceé nada más ver entrar a mis padres en la UCI aquél 14 de septiembre. Pensándolo fríamente, seguro les partí el corazón. Apenas dos horas antes de estar postrada en esa cama y entubada hasta las cejas, el gran Doctor y buen amigo Tomeu Munar me acababa de salvar literalmente la vida.

Tras semanas de dolor en la zona lumbar, después en el vientre y ya más adelante en las piernas; casi por casualidad me plantaba a viernes, día antes de viajar a Pamplona donde el RCD Mallorca jugaría ante Osasuna. Era un gran arranque de Liga porque llevábamos 11 puntos de 15. Todo iba sobre ruedas y ese equipo apuntaba alto. Como era habitual había entrenamiento vespertino y hablaría Joaquín Caparrós. Bien suponía que algún titular daría para que las palabras del técnico llegaran a Madrid o como mucho pensaba que habría alguna novedad en la lista. Mi pensamiento estaba totalmente centrado en esas tareas. En cambio, mi cuerpo no pudo más. Me encontraba realmente mal e incluso no podía ya ni dar un paso en firme. Lloraba a la vez que caminaba y no me podía ni explicar. Dolor en su máxima expresión. No sé ni cómo ni cuando logré llegar a la Policlínica pero ahí estaba Margarita. Mi salvación y mi tormento en toda esta larga historia.

El Dr. Blanco fue quien me comunicó que lo que tenía era algo llamado 'Trombosis Venosa Profunda' y que me iba directa a la UCI. Hacía horas que lloraba y sólo continué haciéndolo hasta que perdí la noción de espacio y lugar.

Este dramático momento fue un punto y a parte. Desde ese entonces (y aunque no lo sabía) dejaba atrás las maratonianas jornadas de trabajo, estrés, preocupación y exceso de responsabilidad que me tenían literalmente absorbida. No había horarios, paréntesis para comer o cenar y lo más preocupante es que dejé a un lado todo lo demás. Ahora lo veo claro pero en ese momento no era capaz que disfrutar de un domingo en familia con mis abuelas, una tarde de sábado con mi madre haciendo la compra o por qué no decirlo, salir de fiesta un viernes por la noche. Todo por y para el trabajo.

Poco a poco comprendí que lo primero iba a ser mi salud. Ya no sólo a raíz de lo que me había ocurrido sino para la posteridad. Nunca nada será más importante que eso. Aquí queda escrito y por favor, recordádmelo si algún día volviese a las andadas.

En próximos posts os contaré que el deporte llegó a mi vida cuál flotador para rescatarme física y psíquicamente.

Ester


sábado, 14 de septiembre de 2013

Hoy cumplo 1 año

Hoy me apetece dar las gracias. Supongo que podría ser un ejercicio bastante sano para cualquiera. Agradecer las cosas que alguien hace por nosotros tiene mérito. En mi caso, hoy se cumple un año desde que renací. Mi fecha de nacimiento dice que lo hice por primera vez el 28 de julio de 1988 pero su pudiera cambiarlo lo haría a día 14 de septiembre de 2012. Felicitadme, hoy cumplo mi primer año de vida.

En este interminable tiempo las he vivido de todos los colores. La mayor parte del tiempo me acompaña un ya más que incómodo amigo llamado 'Dolor' pero si de algo puedo presumir es que quien no me ha abandonado nunca ha sido 'Fuerza de voluntad'. Por el camino de la aceptación a lo que son conceptos como trombosis, ictus, hematólogo, venas, arterias, INR o medias de compresión he vivido un auténtico calvario; no obstante, siempre lo he tratado de hacer con la mayor de mis sonrisas.

El miedo ha estado y está ahí minuto a minuto porqué aún hoy no sé qué puede pasar conmigo. No lo sé yo ni la mayoría de médicos con los que paso consulta casi a diario. Pero prefiero dar las gracias por los días que van pasando y por la enorme cantidad de gente que ha demostrado generosidad, entrega, amistad o amor a lo largo de este periodo.

Os deseo un feliz sábado a todos y aprovecho para desear suerte a mi equipo, que como hace un año, se encuentra a un día de disputar un partido de Liga.

Ester